La custodia compartida es una de las luchas que están llevando a cabo desde muchas de las asociaciones de padres separados con hijos. Se pide que los hijos de la pareja pasen el mismo tiempo con ambos progenitores para que la educación sea realmente una tarea conjunta y se lleve a cabo un reparto real de las responsabilidades del cuidado del niño, pero también un disfrute y una convivencia equilibrada.
Antes de pronunciar una sentencia de custodia compartida el juez se asegura de que es totalmente factible la solución y uno de los puntos que se tienen en cuenta es que haya una buena relación entre los padres. Si estos no se llevan bien y no hay una buena comunicación será realmente complicado que funcione este sistema por lo que es fundamental que se realice un esfuerzo en este sentido si realmente se desea lo mejor para el niño.
El problema es que en muchos casos una de las partes no está de acuerdo con la custodia compartida, ya sea porque sinceramente cree que no es lo mejor para el niño o porque prevalecen sentimientos egoístas.
Si esta parte considera que tiene posibilidades de tener la custodia del menor, dejando que la otra parte lo lleve en fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones, es habitual que trate de conseguirla complicando mucho las cosas al no haber un acuerdo entre ambas partes.
Desde las asociaciones de padres separados se recomienda que los padres acudan a la consulta de un mediador para tratar de limar diferencias. El mediador es una persona neutral que está especializada en separaciones y cuyo trabajo es tratar de acercar posiciones entre ambas partes velando siempre por los intereses de los hijos.
El mediador jamás toma partido por uno de los padres ni realiza juicios de valor, por lo que ambas partes pueden hablar con total confianza y recibir sus consejos sabiendo que se basan tan solo en lo que es mejor para los niños y no en los intereses de una de las partes.
En muchos casos, esta figura es capaz de lograr que se entienda el punto de vista de la otra parte y se llegue a acuerdos sin eternizarse en luchas judiciales que además de ser muy caras acaban enturbiando todavía más las relaciones y, en definitiva, perjudicando al niño que ve como sus padres se enfrentan ante un tribunal para pelearse por su custodia.
Antes de pronunciar una sentencia de custodia compartida el juez se asegura de que es totalmente factible la solución y uno de los puntos que se tienen en cuenta es que haya una buena relación entre los padres. Si estos no se llevan bien y no hay una buena comunicación será realmente complicado que funcione este sistema por lo que es fundamental que se realice un esfuerzo en este sentido si realmente se desea lo mejor para el niño.
El problema es que en muchos casos una de las partes no está de acuerdo con la custodia compartida, ya sea porque sinceramente cree que no es lo mejor para el niño o porque prevalecen sentimientos egoístas.
Si esta parte considera que tiene posibilidades de tener la custodia del menor, dejando que la otra parte lo lleve en fines de semana alternos y la mitad de las vacaciones, es habitual que trate de conseguirla complicando mucho las cosas al no haber un acuerdo entre ambas partes.
Desde las asociaciones de padres separados se recomienda que los padres acudan a la consulta de un mediador para tratar de limar diferencias. El mediador es una persona neutral que está especializada en separaciones y cuyo trabajo es tratar de acercar posiciones entre ambas partes velando siempre por los intereses de los hijos.
El mediador jamás toma partido por uno de los padres ni realiza juicios de valor, por lo que ambas partes pueden hablar con total confianza y recibir sus consejos sabiendo que se basan tan solo en lo que es mejor para los niños y no en los intereses de una de las partes.
En muchos casos, esta figura es capaz de lograr que se entienda el punto de vista de la otra parte y se llegue a acuerdos sin eternizarse en luchas judiciales que además de ser muy caras acaban enturbiando todavía más las relaciones y, en definitiva, perjudicando al niño que ve como sus padres se enfrentan ante un tribunal para pelearse por su custodia.